El Castillo del Cerro es una majestuosa edificación construida para el dictador Rafael Leonidas Trujillo y su familia, en 1949, aunque luego fue rechazada por el mismo. Esta obra de la arquitectura dominicana se destaca por su contenido histórico y por su valor artístico.
Es un inmueble de 5 niveles, con la fachada similar a la proa de un buque, decorado en áreas del primer nivel como una réplica de salones del Palacio Nacional de Santo Domingo. Muchos cuentan que los seguidores y acólitos del tirano le comentaban que esa no era una casa adecuada para él, le susurraron que parecía una casa de locos. Las habitaciones están decoradas al estilo barroco, pero con una excesiva carga de elementos y figuras, algunas evocando la mitología universal. Es muy ecléctica; cada nivel tiene un estilo distinto, exótico y abrumador. En las paredes se contempla el mármol rosado y verde, especialmente traído de Italia. Aun hoy sus escaleras de granito, su piso de mármol de Carrara y sus puertas de caoba, los componentes de sus 18 baños y el mobiliario de la capilla son originales. En el segundo nivel existe un espacio que se contempla intacto, hecho para ritos católicos. Allí se conservan intactos el sagrario, el confesionario y los bancos.
Posee salones diversos para fumadores, para bailes con orquesta, además de la suite del Jefe y habitaciones personales. Hoy se pueden realizar visitas a este hermoso lugar que guarda una historia tan triste pero que es necesario recordar.
Hoy este es el Centro de Formación de Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario, adscrito a la Escuela Nacional Penitenciaria de la Procuraduría General de la República, y como tal se conserva, como testigo mudo de su historia.